Mis pasos lloran cansados
al recordarlas en mis brazos;
hoy más que nunca, más que siempre,
más que ayer o talvez mañana
pues sus sonrisas se impregnaron en mis poros,
en mi sangre, en mis suspiros,
en el anhelo de verlas pronto;
oír sus risas, sus llantos,
las palabras de los ángeles,
poesía hecha carne de mi carne,
sangre de mi sangre;
un solo latido,
un solo palpitar.
Hoy el cielo de Lima llora,
no llueve pero llora en silencio y para mi
y se torna aún más gris
que mi propio tormento
al verme tan lejos del paraíso perdido.
Contemplo su imagen, la imagen de mis ángeles
vienen a mi; Yelanny me abraza,
Juliet levanta los brazos,
besan al padre ausente
que a lo lejos
llorando se encuentra
al recordarlas como nunca,
como siempre y tantas veces,
al amanecer o al atardecer.
El perfume infantil queda en el aire,
me ronda el aroma de sus manitas,
el sonido de sus voces
quedan en mis oídos aún después
de colgar el teléfono en mi memoria.
Mis pasos lloran cansados
al recordar dos estrellas
que aún esperan en casa
besar al padre ausente
y con él volver
al paraíso de una nueva ilusión.
Adrián Domínguez Chávez "SOTTOOMBRA"
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