El boceto de una sonrisa desquebrajada
se rompe en las tinieblas de mi ausencia;
el sabor de mi pincel
cansado de no pintar sonrisas
sale en busca del lienzo de una vida perdida
que cae en una nota de esta mi guitarra destrozada
y reposa junto a la poesía
que el poeta no pintó.
el olor de un taller olvidado
se pierde en el silencio de mi deseo de despertar;
cantan mis manos en la nada
que perdió inspiración.
Reposan los pinceles de cerdas enamoradas,
la música, un antiguo piano, y la nota que canta
a la voz de una lágrima caída en sal
marchitando la sonrisa de su inquietud
Adrián Domínguez Chávez "SOTTOOMBRA"
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