El cielo estrellado contempla mis pesares
y aquellos escritos
en papel sobre mojado, aquellos
quemados
con el fuego extinto de mi fe;
llenan el llanto que corroe
la tinta de mis venas
rajando el fino cristal
que llevo en un pecho vacío…
ya no hay amor,
ya no hay odio;
el cristal se endureció
en el vértice de una boca
que mordió mis miedos
y se perdió en el lejano laberinto
de una mirada fija
que detuvo su camino.
………
El cielo oculta sus estrellas,
La lluvia lava mi alma
Y a la esperanza
La cojo de los dedos
Para iniciar el camino
Que el caminante quiso olvidar.
Adrián Domínguez Chávez "SOTTOOMBRA"
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