lunes, 22 de julio de 2013

AYER FUI DONDE RICARDO


                                               “Es myrra lo que detentan mis manos 
                                                  hoy que el viento 
                                                  es tan fuerte en este .mi hoy.”
                                                 Ricardo Quesada

Ayer fui donde Ricardo
para brindar con el trago
de su ausencia;
lo encontré cansado,
envuelto en el humo que envejece
a esos bigotes despeinados.

No dijimos palabra alguna
sólo un poema era
quien nos acompañaba;
un poema de aquellos versos
que no son versos
y se perdieron
entre sus propias palabras.

Entonces, en silencio,
esperamos a David;
él llegó con la timidez de la noche
para hacer de la muerte
una nueva sinfonía.

El humo de un cigarro
alentó a la tristeza
para recitar
un último y doloroso
po-e-ma
entre las enmarañadas figuras
de ésos cabellos enredados.

Pero las horas avanzan
y la niña llora;
“Quiero ir a casa papá”
dice sin hablar;
ella no sabe, no entiende
de reuniones y poetas.

Levantamos las copas
llenas de nostalgias,
Ricardo, David y yo
nos dimos un hasta luego.

//Hoy, 4 de un mes morado,
estoy una vez más
entre las paredes vacías
de aquella habitación:
baúl de mis más profundos pensamientos
y mis más ocultos miedos.

El dolor crece,
no deja dormir,
el campamento minero
dibuja sus sonrisas en mi mente
como fantasmas perdidos;

Mientras yo, escribo por ti,
para ti,
vida, que caes a una espiral.

El dolor crece,
no me deja dormir
y la soledad viene,
viene a verme,
a ver en qué nos hemos convertido.//

¿Acaso recuerdas, Ricardo,
la sombra de tu ser
vagando por las oscuras calles
de un Huancayo silencioso?

¿Acaso recuerdas, David,
las largas y oscuras horas
caminando en avenidas distorsionadas
y manchadas por nuestros pasos...?

¿y aquellos dibujos
de atormentados trazos
que rompían las hojas
de papel oxidado?

//Tengo hambre de ti poesía,
tengo sed de ti,
pero estoy cansado y tengo sueño,
dolor y miedo,
tengo vergüenza de no ser poeta
y de serlo a la vez,
o al menos…
de vivir en ella//

La noche está muy avanzada;
lejos quedó Ricardo
acompañado de David;
reposando entre el olor
de unas rosas marchitas
y la humedad; y el frío;
Un cementerio vacío.

Lejos quedaron mi niña
y su madre
esperando un nuevo día
de sonrisas y abrazos.

Se viene la aurora;
la verdadera noche
queda más cercana;
y la luna invita
a dar un paseo
por el último vértice
del universo.

Pero aún es primavera
y ayer fui donde Ricardo
quien con temblorosa voz me dijo:
“está prohibido
suicidarse en primavera…”

Adrián Domínguez Chávez "SOTTOOMBRA"

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